El Angel de la Muerte

Todo empezó con un viejo amigo de mi padre al que vi morir entre tinieblas, él, muerto en vida corría sin parar, aterrado veía de tramo en tramo hacia atrás para volverse a estremecer por lo que descubrían sus ojos, terminó precipitándose, sin pensarlo 2 veces desde el séptimo piso de un edificio del centro de Guayaquil.

Aparentemente todo pasó, pero el ambiente no se disipaba, seguía tenso, oscuro, tenebroso, y después de presenciar algo así lo más normal era que prendiera un cigarrillo y siguiera caminando, avanzando, dejando atrás lo sucedido y así lo hice, caminé tenso, en la noche, pensando en que era de lo que huía, por qué corría, por qué solo observé, por qué no lo ayudé, hice todo menos olvidar.

Llegué a mi casa, subí las escaleras pero aun todo seguía diferente, me senté en mi sofá, cuando de repente, todo dio vueltas, cambió el aire, cambió el entorno, todo mutó, sentía que no estaba solo, una extraña presencia invadía la habitación y de la nada, como rasgando las tinieblas, los sonidos más agudos y los más graves y la aparición de un ser se hizo. El era algo indescriptible, solo recuerdo sus rasgos entrecortados porque ni siquiera el espacio lo soportaba, tenia una y mil caras, su mirada aguda traspasaba hasta las paredes era algo aterrador.

Su presencia me preocupaba y asustaba pero logré mantener la cordura.

- ¿ Qué haces aquí, qué es lo que quieres ? (no se es tan cortés cuando alguien invade tu espacio)
- ¿ Por qué le haces daño a la gente ?
- Porque lo preguntas, he llevado mi vida de la mejor manera, no le hago daño a nadie, de pronto una que otra discusión de las que siempre he perdonado y me han perdonado, pero eso es porque no todos somos iguales y en el largo camino siempre hay discrepancias.

Mientras le respondía busque entre mis pensamientos todos mis pasos, rebobiné mi vida como una película buscando pasajes escabrosos, y entonces me dijo:

- No sabes muchas cosas, no sabes que a veces herimos sin darnos cuenta, pensamos y decimos, actuamos y fingimos, ¿ y que crees que los demás no se ofenden por tus comportamientos de furia o de indiferencia?

Entonces, él entró a mis pensamientos y capturaba cada capítulo en el cual mis comportamientos no eran nada halagadores y me los hacía entender. Qué tristeza me daba recordar como había hecho daño a tanta gente y cuan descuidado había sido con mis allegados, cuanta rebeldía, arrogancia, indiferencia, ira, coraje había repartido en mi vida.

- Bueno, pero no todo ha sido malo, también recuerdo muchos momentos buenos.
- Pero ya es tarde. He venido porque debes elegir.
- ¿Elegir que?
- Entre la vida de tu padre, de tu madre ó la tuya.
- ¿ Queee????!!!!
- Soy el Angel de la Muerte, y debes elegir
- Pero, ¿ por qué a mi, por qué entre mis padres?

Y un frio invadió mi cuerpo, mientras el Angel se metió a mis pensamientos y me dejó ver lo que había pasado con el pobre hombre al que vi morir, el también tuvo que elegir, tuvo que elegir entre su vida o la de sus hijos. No lo pudo soportar, grito se desespero, enloqueció, salió corriendo acosado por el espíritu de la muerte y se precipitó, se dejó llevar.

Que debo hacer mi Dios, amo a mis padres, y no quisiera por nada en el mundo que se alejaran, que se vayan de mi, no dejes que por nada del mundo pase, mientras sentía con todas mis fuerzas ese pensamiento, con las muelas apretadas, los ojos bien cerrados, y dejando fluir las lágrimas y los sollozos, todo alrededor cambió, volvió la luz tan rápidamente que no sabía si todo esto era solo un sueño. Seguía vivo pero con una sensación de angustia en el alma, terriblemente consternado pensaba si lo que me dijo el Angel de la Muerte era ficción porque todo estaba normal, la vida seguía igual. O sería que me quiso dar una lección para corregir, para ser mejor.

Yo hice mi elección pero aun seguía allí.

Comments

Anonymous said…
Aunque todos debemos enfrentarnos a la calaca, es algo que da miedo. Pero yo, igual que tu, me iría primero antes que ver partir a los mios.

Raúl

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